La Sexta hace las funciones de TV pública de España. Vaya titular para empezar, pero es así. Ha sabido heredar la referencia informativa que tuvo TVE en la etapa de Fran Llorente y que perdió cuando nombraron a Rajoy como presidente. Con el tema del Referéndum solo se ha consolidado el modelo que arrancó en 2012, con la compra de la cadena por parte de Atresmedia. A diferencia de lo que Mediaset hizo con Cuatro, ha sabido complementarla apostando por una línea informativa en la que sobresale Al Rojo Vivo, su tertulia matinal.
La Sexta no tiene como cara estrella a presentadores con décadas de experiencia como el resto, sino a Ferreras que debutó en este rol en 2011 con la creación de su programa insigne.
Si antes apostaban por el humor, con la crisis han sabido que lo necesario era ser un altavoz de las desigualdades, criticándolas e impidiendo que quedaran impunes.
Con el desvelo de los Paradise Papers, solo vuelve a confirmar su modelo. Salud para La Sexta, salud para el periodismo.
La Sexta no tiene como cara estrella a presentadores con décadas de experiencia como el resto, sino a Ferreras que debutó en este rol en 2011 con la creación de su programa insigne.
Si antes apostaban por el humor, con la crisis han sabido que lo necesario era ser un altavoz de las desigualdades, criticándolas e impidiendo que quedaran impunes.
Con el desvelo de los Paradise Papers, solo vuelve a confirmar su modelo. Salud para La Sexta, salud para el periodismo.
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