Anoche se celebró la treintena edición de los 'Premios Goya' que premian lo mejor de nuestro cine. Lo volvió a emitir La 1. El sarao comenzó un año mas con la típica Alfombra Roja, que TVE cubrió con los siempre brillantes Elena.S.Sánchez y Carlos del Amor. Pero hubo una tercera integrante que defraudó y mucho: una reportera llamada Luz Mila, que trabaja en 'Flash Moda' y que tuvo la ocasión de demostrar que no sirve para trabajar delante de una cámara. No dudo del que realice detrás de ella.
Parecía que el espíritu de Luz Mila se había contagiado en uno de los presentadores: Ernesto Sevilla. No fue su mejor noche, pese a prometer que nos ibamos ''a partir el culo''. Su nerviosismo era palapable, reflejado en unos titubeos y silencios que incomodaban y mucho. Su monologo inicial, en solitario, fue aburrido y lastrante para una gala que también lo fue.
Su compañero de labores, Joaquín Reyes llevó claramente el peso de la retransmisión y regaló un momento entretenido al pasearse entre el público y charlar con ellos. Mucho mejor que el monologo. Si tuviera que repetir, lo preferiría a él solo. Anoche se demostró que dos presentadores para los 'Goya' son innecesarios.
Aunque para monólogos entretenidos dos: Cristina Castaño que con mucho humor dijo lo que todos pensábamos: que hipocresía pedir mas mujeres en el cine y que la gala la presenten dos hombres en vez de uno. Desde twitter pedían que fuera la presentadora.
Precisamente Leticia Dolera también generó esas peticiones por decir lo mismo, aunque sentada en el Patio de Butacas.
Con chistes a Carlota Corredera y al sobrepeso, debutó el personaje Paquita Salas en los Goya. Nuevamente un monologo brillante. Ay, academia elige mejor a los presentadores.
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