Se ha hablado mucho de la violenta UFC en los medios de comunicación durante los últimos dias. Y es que ha saltado a la palestra la imagen de una boxeadora cuya cara quedó desfigurada tras un combate. Hablamos de la luchadora Sarah Moras. En este país que tanto se alarma con verdaderos escándalos como este, también hay oportunidad para ver estas atrocidades disimuladas en abierto. Lo emite Gol, canal que cuenta con buenos espacios y retransmisiones, pero que también busca un nicho en la telebasura mas vergonzosa. Dan en la medianoche estos combates para competir con el Chiringuito de Pedrerol. Al menos en el programa futbolero lo único que queda herido es la ética periodística, pero las caras de los participantes quedan inmaculadas.
Estrangulaciones, codazos, entre otras brutalidades mas propias del Coliseo Romano que de la sociedad del siglo XXI. Así pues la fiesta seguirá en Gol, mientras en Estados Unidos es tema de candente debate. Y todo esto con la complicidad de la Ley Audiovisual, capaz de obligar a los canales a dejarse los cuartos por la publicidad, pero incapaz de multar o cerrarle la antena a tan siniestra apología de la violencia. Luego nos preguntaremos por qué la sociedad va a peor.
Estrangulaciones, codazos, entre otras brutalidades mas propias del Coliseo Romano que de la sociedad del siglo XXI. Así pues la fiesta seguirá en Gol, mientras en Estados Unidos es tema de candente debate. Y todo esto con la complicidad de la Ley Audiovisual, capaz de obligar a los canales a dejarse los cuartos por la publicidad, pero incapaz de multar o cerrarle la antena a tan siniestra apología de la violencia. Luego nos preguntaremos por qué la sociedad va a peor.
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