Pescadería siempre ha sido un barrio de pescadores. De ahí proviene el nombre. En un barrio que hoy ha quedado a un lado de la ciudad, en el conocido como casco histórico, la parte más antigua de la hoy capital española de la gastronomía, hace unos cuantos años, camino de cien, aunque a pocos meses de cumplirse los noventa y cinco, se fundó la primera emisora de radio de Almería, que además fue de las primeras de Andalucía.
En un lugar conocido como ''El Martillo'', almacén de depósitos comerciales, ubicado en la, por aquel entonces, céntrica calle de Pescadores. Eran los años del directorio militar, con el que Miguel Primo de Rivera gobernaba el país a golpe dictatorial, tras un golpe de Estado, legitimado por el rey del momento, Alfonso XIII.
El alcalde de Almería era Antonio González Egea, y el principal negocio era Texaco, que no era otra cosa que una empresa que almacenaba el siempre tan codiciado petroleo en barriles. Mencionar a Texaco en esta historia, en este arranque de la historia de la radio almeriense, es prácticamente obligado.
Pero antes de llegar a ese final de 1924, conviene echar la memoria atrás. Quizás esta sea una historia transmitida de generación en generación, o quizás sea novedosa. Pero en un chasquido de dedos, apareceremos en 1917.
En 1917 Modesto Moreno era un barnizador. Aquí la relación con el mundo de la radio parece extraña. Pero en ese año lo que estaba en auge era el mundillo de los radioaficionados. Y de ellos, Modesto era el más innovador de todos. No por nada, fundó Radio Club Marconi de Almería, para la que transmitían aficionados en aparatos hechos de galena.
En aquel entonces tenemos que entender que eran transmisiones capitalinas, locales, en las que el radio de acción era todavía pequeño. Pasó un lustro hasta que la unión de la ciudad con los pueblos fue posible. Fue posible gracias a que Francisco Rodríguez, trabajador del gas, transmitió desde Alhama de Almería. Fijense que hasta 1921 solo había una antena que era capaz de transmitir 150m a la redonda.
Radio Club Marconi transmitía casi todo el día, y no era la única emisora que se podía escuchar desde aquí. Debía competir con Radio Eiffel de Paris, que alcanzaba a escucharse en la capital.
Y vamos ya con uno de los motivos del titulo. ''Radiopitas'' era el nombre que recibían estas emisoras, y lo recibían, debido a que eran aparatos muy sensibles, en los que era fácil interferir con sonidos como el timbre de una casa o un ascensor.
Y volvamos ahora a 1924, en el inicio de EAJ-18. Ya hemos contado un poco, como fueron los arranques. Se había conseguido la licencia para transmitir un año antes, con el nombre de Radio Club Almería, con Rufino de Orbes al frente, que era el mandamás de Texaco en Madrid.
Un grupo de personas fueron las encargadas de poner el proyecto en marcha. Contaba Antonio Torres, en un muy recomendable libro, que los ''trabajadores'' tenían su lugar de trabajo en el Café Colón, donde ''emitían música, ponían discos, cantaban flamenco, tocaban la guitarra y piropeaban a las novias''. EAJ-18 llegó a emitir para toda la capital, que no alcanzaba la amplitud y dimensión que tiene en estos momentos.
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