Se cierran las tumbonas, se despiden los rayos de sol. Agosto está a punto de culminar, y con él la tele de un verano que ha sido particular. Nos hemos pasado el verano buscando la manera de que Sánchez sea presidente, a veces más que por convicción personal, por ser el salvavidas ante una repetición electoral. Y también nos hemos pasado el verano intentando buscar sucesor a dos caras de La Sexta, que cambian de destino ya, de manera inminente: Frank Blanco y Andrea Ropero.
Y cuando esa preocupación se nos iba de la mente un ratito, teníamos tiempo para ver programas como 'El Contenedor' de Antena 3. Este programa, disfrazado de experimento social, consiste en quitarle todo durante unos cuantos días, incluido la ropa. Por momentos se transforma todo en un extraño show de desnudos, intentando que no se les escape alguna ''zona noble'' ante los zooms de la despiadada cámara. El programa acabó como tenía que acabar, con no mucha audiencia y con algunos espectadores siendo atendidos por la ambulancia, ante el asombro provocado por ver a una madre de familia tapandose con una rejilla de aire acondicionado, a un padre robando bolsas de basura de la urbanización y a otra chica tapandose con su, pobre, perro.
Pero bueno, el nivel de bizarrismo televisivo en Antena 3 ha tenido que luchar con el de Telecinco. Un canal que ha apostado por 'Me Quedo Contigo', un reality show, que parecía más las sobras del casting de otros programas de la cadena, como 'Mujeres y Hombres y Viceversa' o 'Gran Hermano'. La mecánica del programa consiste en 20 madres, que deciden el pretendiente ideal para sus hijas. En resumen, cualquiera que vea el programa cinco minutos puede llegar a la misma conclusión: personas reducidas a trozos de carne.
Este programa se emitía el jueves, y competía con 'Por el mundo a los 80', probablemente lo mejor de la tele veraniega. Este programa, un docureality, consiste en una vuelta al mundo de varias personas de la tercera edad, que nunca han ido de viaje, acompañadas del siempre simpático y cariñoso Arturo Valls. Se notaba realidad, espontaneidad, en una televisión que ha perdido eso, la espontaneidad. Sin duda lo mejor del verano.
Un día antes, estaba 'El juego de los anillos', un concurso que perfectamente podría ser el tipico concurso de los viernes noche en Antena 3. El programa la verdad es que no ha estado mal, aunque es cierto que se puede volver un poquito repetitivo. Al frente, Jorge Fernández, aunque en esta ocasión no ha contado con el entusiasta público de 'La ruleta de la suerte'.
Enfrente estaba 'Lazos de la Sangre', en La 1. El espacio de nostalgia ha tenido como nuevo anfitrión a Boris Izaguirre. El programa ha estado en la misma linea del pasado año, aunque con puntos negativos como la entrevista a Julián Muñoz, para hablar de su romance con Isabel Pantoja.
El año pasado el programa era realizado por 'Amigas y Conocidas', que fue cancelado, y en su lugar ahora está 'A partir de hoy' con Máxim(o) Huerta en la presentación y liderazgo espiritual. Criticado por ser un programa de temas intrascendentes, no está consiguiendo su hueco en las mañanas veraniegas, pese a lo cual ha sido renovado para una nueva temporada.
El gran fracaso del verano ha sido 'Supermax' en Cuatro, que es una serie. Esta apreciación cabe hacerla después de que en Telecinco lo vendieran como un 'reality'. Pero no, es una serie, de acción, que no ha conseguido la audiencia necesaria para el prime time.
'Ven a Cenar Conmigo: Gourmet Edition' sí que ha funcionado mejor. Eso sí, mediante robo de Telecinco a Cuatro, en una jugada de hermano mayor, que le quita la pelota al hermano menor.
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