La semana pasada se estrenó una de las grandes apuestas de La Sexta para este otoño: 'Carretera y Manta', el regreso de Cintora a un programa en directo como presentador, tras su polémica salida de Mediaset.
Este programa aúna dos de las marcas reconocibles de la cadena verde: la cercanía con el pueblo y la denuncia social, que se unen de la mano en este programa ambulante, como una especie de feria de los problemas reales, que con su camión viaja semana a semana de norte a sur para dar voz a quienes muchas veces no la tienen. Un 7,7% de los que ponían el pasado miércoles noche encendían la tele para sintonizar con el debut del programa desde Vigo, ciudad que dejó al margen las luces y fanfarrias de su alcalde para hablar de precariedad laboral. Así en medio de la calle el camión-estudio de la cadena se situaba para aquellos transeúntes que quisieran acercarse a conocer historias reales, cosas que muchos no quieren que sepamos, cosas que dejan mal a la especie humana. El programa sabe generar un debate interesante, lejos de los coliseos romanos de otras tertulias televisivas, sobre temas que no sean necesariamente los que ocupen la primera portada de los medios. Se consigue hacer pensar, algo que la televisión está perdiendo, y fomentar la voz ciudadana ante las injusticias y las desigualdades. Es servicio público en la tv privada, de ese que TVE sigue sin atreverse a hacer.
Vean 'Carretera y Manta' un programa que dignifica la pequeña pantalla, la caja tonta dirán algunos, y que permite que la sociedad mantenga su inteligencia. Este miércoles están en el Campo de Gibraltar, donde tocarán el tema de la droga. Del narcotráfico que marca la vida en la zona.
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