Ya les comenté hace unos días que la Casa Blanca había decidido revocar el permiso de Jim Acosta para entrar a las dependencias presidenciales tras la rueda de prensa post-midterms en la que Trump y su equipo se pusieron especialmente nerviosos y le quitaron su microfono. Aquel no fue un día bueno para la libertad de prensa.
El ambiente de crispación que Trump provoca con sus criticas a los periodistas tuvo su efecto hace unas semanas. Recordaran ustedes haber leído en los medios el envío de paquetes sospechosos a diferentes miembros del partido demócrata como Barack Obama o Hillary Clinton, pero también a un medio de comunicación con el que el presidente ha sido especialmente duro, la CNN. El canal de noticias fundado por Ted Turner, y que se hizo muy popular por su cobertura de la Guerra del Golfo, tuvo que ser desalojada y suspender sus emisiones tras el envío de este artefacto al analista de la cadena John Brennan, ex-director de la CIA. El canal de noticias, ahora propiedad de Time Warner, ha sido victima de numerosos ataques contra sus trabajadores y contra su línea editorial.
Pero lo que Donald Trump ha conseguido es que su canal favorito Fox News, maquina de propaganda del presidente estadounidense, también sea atacada. En concreto uno de sus presentadores estrella: Tucker Carlson. Carlson es una de las caras visibles de la derecha mediatica estadounidense, que presenta cada noche a las 20h ''Tucker Carlson Tonight'', en la franja horaria que durante dos décadas ocupó Bill O'Reilly, antes de ser despedido por acusaciones de acoso sexual. Esta semana, en medio del ambiente electoral, el presentador sufrió lo que en España conocemos como escrache a las puertas de su casa, con su familia en el interior de la vivienda.
Solo con criticar el ataque a estos dos medios, sea cual sea su ideología, más allá de que esté a favor o en contra de sus planteamientos, llamo a defender la libertad de prensa, y evitar los ataques contra los periodistas.
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