Hoy hemos conocido que el periodista Pablo Montesinos da el salto a la política, como fichaje estrella del PP como número uno de la lista por Malaga. Y claro aquí nos surge el eterno dilema entre si los periodistas deben inmiscuirse en política o es un error de proporciones mayúsculas.
El periodista, que desde 2008 cubría la información del PP para Libertad Digital, era una de las referencias en el nuevo periodismo conservador, una especie de recambio ante las viejas estrellas de la derecha mediatica. Sus fuentes al interior de Génova, le hacían un periodista confiable en cuanto a las informaciones que venían desde los populares.
Y ahora surge el eterno dilema cada vez que ocurre un caso así. ¿Deben los periodistas meterse en politica? Más allá de la libertad individual de cada uno, y de sus ganas de conducir su vida por donde mejor le parezca, es probable que aquel que se introduzca en la senda politica, sufra un examen critico a todas sus informaciones, a todo su trabajo de años, en sospecha de la más mínima sombra de que durante su labor periodistica pudiera haber beneficiado al partido por el que ahora se presenta a unos comicios.
Esto tampoco es que afecte para bien al mundo del periodismo, encorsetado dentro de una búsqueda constante por el señalamiento al periodista, por querer atribuirle una determinada ideología, por querer convertirlo en portavoz a la fuerza de un partido, trampa en la que la mayoría caen.
El problema, otro problema, proviene cuando el periodista, en un plazo de cuatro u ocho años, desea recuperar su profesión inicial. Es en ese entonces cuando la caverna de jaurías se lanzarán a su cuello, y le incrustarán el veneno del desprestigio, el jaque mate para un periodista, que intente ser bueno en su trabajo.
Y si a alguien le interesa mi opinión, que creo que en este mar de palabras es facil que sea arrastrada por la ola del olvido, debo considerar que no, que no creo que sea un buen camino. Se supone que el periodista debe estar alejado de los despachos de los poderosos, pero cuando uno cae en sus garras, es facil pensar que antes ya era uno más de los suyos, hasta que consideremos que ha ''salido del armario'' políticamente hablando. Pero déjeme decirle una vez más, que cada uno es dueño de su destino y prestigio, de su sendero vital, y que lo que el resto pensemos, es justo eso, pensamientos, que deben quedar solo almacenados en la nube de las palabras.
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