Hoy se cierra la campaña electoral de las europeas, municipales y autonómicas. Hemos visto cientos de debates electorales, generalmente en horario matinal o nocturno, según el medio que fuera, pero siempre en directo. Puede parecer una obviedad, es algo que tenemos asumido, pero en estas elecciones ha habido un caso que nos ha sumido en la más profunda incredulidad y estupefacción.
Cuando los limites de la indecencia parecen haber sido traspasados, siempre hay una idea que propone que esos limites se amplíen un poco más. A veces la delgada línea se rompe o directamente estalla, y en este caso eso es precisamente lo que ha ocurrido.
Castilla y León TV emitía este martes por la noche la segunda parte del debate para las elecciones autonómicas. Ya la primera parte, celebrada la semana anterior, ya que el debate se grabó a las siete de la tarde, para que pudiera ser emitido en las desconexiones de las emisoras radiofónicas y para que los periódicos pudieran tener listos los análisis a la hora del cierre. El debate se emitió en redifusión a las 21h30.
Para el segundo debate el comité a cargo del debate decidió solucionar la polémica del primero, aunque lo hizo con una absurdez aún mayor. Se decidió que el debate se volvería a grabar por la tarde, pero que los medios tenían prohibido informar hasta que ocurriera la emisión televisiva a las 21h30. Es decir se debía silenciar todo. Como pueden ustedes comprobar es periodistas de titulo ejerciendo el ''antiperiodismo''. Es equiparar un debate electoral a un capitulo de una serie. Es creer que el espectador carece de inteligencia. Es una vergüenza, así en llanas palabras.
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