Reese, el hijo de la dueña de AWM |
Will McAvoy era un amante de las audiencias. De hecho eso era lo primero que miraba por la mañana, el dato de la noche anterior. Se transformaba en una cosa casi obsesiva. Esa adicción iba a ser un problema en el nuevo esquema de su programa.
El numerito mágico es el que hace que te alejes del periodismo. Ese te deja atrás de todo buen desempeño de tu labor. Cuando vive el periodista solo por y para un número se queda ciego y sordo de lo que ocurre a su exterior. Se introduce en un mundo propio, cuando su labor es relatar el mundo de todos.
Y también porque ese numerito permite a los empresarios controlar a aquellos periodistas que no son dóciles con el poder, que se sublevan ante la censura. Esa era la manera que tenía el personaje de Reese, el hijo de la propietaria del gran conglomerado multimedia al que ACN pertenecía, domesticaba a McAvoy.
Este intento de domesticar al presentador vemos como se irá sofocando a lo largo de los episodios, con intentos de despido incluidos. Pero eso será ya en próximas entregas.
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