El tercer capítulo de la primera temporada de la serie, tiene un momento que será el que marque sin duda alguna el recorrido vital de todos los capítulos. Este episodio tiene una disculpa. Una disculpa ficticia, pronunciada por el personaje de Will McAvoy, pero una disculpa que en algunos casos sería aplicable al periodismo de la vida real.
En esa disculpa McAvoy pide perdón por sus defectos a la hora de informar a sus espectadores. Reconoce que hubo una larga cadena de errores, que impidieron a sus seguidores estar bien informados, y sobre ello hace un propósito de enmienda.
El primer concepto claro es el share, aquello que te dice cuanta gente te vio el día anterior, y destructor en muchos casos del buen periodismo. Esa obsesión que tenía McAvoy por ese numerito, tal y como contábamos la semana anterior, es el que le impide hacer un buen desempeño.
Se remonta a los orígenes del periodismo televisado, para justificar este desastre. Se muestra sorprendido con como el periodismo, la información, puede llegar a compartir negocio con un reality-show. Porque en el mundo de la publicidad pagada, la información es una arista más en un negocio, y eso es un grave problema, si consideramos que esta está desprotegida de aquellos que sufragan a esos medios, insertando anuncios. McAvoy promete abandonar ese negocio dañino para el buen periodismo.
También se lamenta por como el buen periodismo queda relegado a un segundo plano, ante ese circo televisivo. Lo que sucede realmente es escondido, y los que las difunden son obviados por los grandes medios, que es ese circo.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no se hace responsable de las opiniones vertidas en el apartado de comentarios. Todos los comentarios que contengan ofensas o faltas de respeto serán eliminados.