La noche del sábado una noticia hizo saltar todas las alarmas. La esquiadora y medallista olimpica Blanca Fernández Ochoa se encontraba desaparecida. Han sido días de larga busqueda, días de incertidumbre, y días también de luz y focos en las cercanías del pueblo madrileño de Cercedilla.
La televisión acudió rauda al olor de la desaparición. El premio de oro a la peor cobertura se lo lleva en esta ocasión Mediaset, que ha vuelto a imprimir su sello en la historia, mala, del periodismo. La cobertura del grupo ha trascendido a los servicios informativos, y ha copado los programas en directo de las cadenas, entre ellos los del corazón, aunque en esta ocasión destaquen precisamente por la falta de corazón, la falta de buen corazón a la hora de realizar la cobertura.
'Cazamariposas' es uno de esos programas. Una emisión en diario en Divinity, en la que intentan parecerse a un informativo de la crónica rosa, con un toque de humor. Una especie de 'Aquí hay tomate' millenial, aunque algo más light. La intención de cubrir la noticia con dos reporteros se les fue de las manos en el momento en el que, con muy mal gusto, esos reporteros decidieron mofarse de la situación y hacer bromas con la desaparición. Quizás hubiera sido más agradable para todos que se hubieran quedado cazando mariposas en su redacción.
Aunque no solo 'Cazamariposas' ha cubierto, con dudoso gusto, la desaparición de la deportista. 'Sálvame' ha montado una rigurosa mesa de análisis en la que participan los mismos personajes que han comentado la boda de Belén Esteban o el proyecto de Víctor Sandoval que no fructificó. Ya pasó con otros casos como el de Gabriel Cruz o Julen, con siempre el mismo poco gusto.
Aunque hay que decir que el premio de carroñero está siendo disputado, y 'El Mundo' ha decidido poner su granito de arena. Publica esta mañana, el antes interesante rotativo, una foto en pleno centro del hijo de Fernández Ochoa después de recibir la trágica noticia. Una persona intentando huir del foco mediatico, después de recibir la noticia de la muerte de su madre, siendo expuesto ante los lectores.
La verdad es que ayer fue otro de esos días tristes para el periodismo español, otro de esos días en el que la palabra ''periodismo'' se esfumó de las conciencias. Ver como los flashes apuntaban con fuerza a la hermana en el momento de conocer la noticia o como los medios se peleaban por ser los primeros en dar la noticia, me dejó un muy mal sabor de boca. Otro más.
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