El miércoles se estrenó lo nuevo de 'GH Vip'. La séptima edición nada más y nada menos. Y en esta edición la labor de Jorge Javier Vázquez ha vuelto a verse criticada. El presentador catalán no tiene en el programa de encierro su mejor época. Telecinco no lo sabe.
En esta edición ha entrado Mila Ximenez. Y Mila es amiga de Jorge Javier. Mucho. Muchisimo. Y eso quizás se ha notado en un aspecto. Para empezar por un motivo claro: se esperaba que fuera el gran revulsivo de la edición, dando momentazos, pero su presencia se ha reducido a eso, a estar, pero no a ser. No aporta nada más que pasotismo en una casa.
No está contenta una Mila que no se esperaba como serían sus dos primeras galas. Esperaba entrar en una moderna casa ''estilo Memphis'', pero está recluida en un búnker de emergencia, con las mismas buenas condiciones que puede haber en una celda. Solo que aquí puede aparecer Jorge Javier en cualquier momento. Mejor la cárcel, pensaran los malignos.
Y ese trato, esa amistad, fue cuestionada anoche por el primer abandono de la edición, que no es un participante, sino su defensor. Raquel, madre de Noemí, recriminó al presentador catalán que no se trate a todos los participantes por igual. Vázquez, acostumbrado al corral de 'Sálvame', prácticamente le dio la razón y le invitó a marcharse.
Este es el punto de partida del reality del ojo, que promete hacer sufrir a los participantes para entretener a las vistas de los espectadores. Desde baños de mocos hasta disfraces de dudoso gusto, los directivos han sacado la artillería para no perder la audiencia.
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