Ha vuelto Jorge Lanata a la televisión argentina. Pero no lo ha hecho en su tribuna dominical de 'Periodismo para todos', donde por años se dedicó a denunciar los escándalos del Kirchnerismo, sino que lo ha hecho en TN. En la señal de cable lleva dos semanas, camino de tres, sentándose a conversar cada noche. En la 'Hora 25', su 'Hora 25', cabe cualquier tipo de persona, a veces de personaje, que tenga alguien que conversar.
Antes como broche final del día, a las 23 horas, desde hoy en el arranque de una nueva jornada, a eso de la medianoche, Lanata, cada vez más noctambulo, sigue desentrañando los seres desconocidos, pero no inexistentes, ahora más tarde, huyendo de la competencia de los programas políticos que le hacían la audiencia imposible en su anterior horario. No siempre la Tv de calidad, tiene buena audiencia, y Lanata hace esto en su rato de televisión.
Este desafío, el de la entrevista en profundidad, no es ajeno para el conductor, que ya hizo este programa en la radio, allá por los noventa, cuando también en la noche se proponía entrevistas a ''gente común'', para escuchar antes de un reparador sueño.
El personaje de Lanata, capaz de despertar odios y pasiones, verá como su trabajo se ve manchado por anteriores trabajos, en los que consiguió el odio de media Argentina, y que estos enemigos de su persona, deban reprocharle cada palabra en su ''Hora 25''. Sin embargo, olvídense de filias y fobias, y degusten este rato de televisión, aunque solo sea para que una hora de su vida goce de una profundidad exquisita.
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